Evangelio según San Mateo 7,21.24-27.
No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".
COMENTARIO
¿Sobre qué queremos edificar nuestra vida de fe? Eso es lo que nos plantea Jesús. Podemos pensar que sólo tenemos que oir -la fe viene del oír, nos dice San Pablo-, pero no es sólo oír, sino que implica ponerlo en práctica lo escuchado, es vivirlo. Si no, estamos construyendo sobre arena.
Construimos nuestra vida de fe cuando, escuchando las palabras de Jesús las ponemos en práctica. Entonces sí construimos sobre roca, sobre la Roca firme que es Jesucristo. Podrán venir dificultades, problemas, "diluvios" de dudas, pero siembre se mantendrá firme nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad, porque al hacer vida las palabras de Jesús nos vamos compenetrando más con Él, nos incorporamos más a Él.
¡Construye sobre roca! ¡Vive tu fe: ama, cree, espera, sé solidario, perdona, ten misericordia, sirve! ¡Dios puede hacer de ti una bella obra de arquitectura!
DWV
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