Lunes de la XXXII Semana del Tiempo Ordinario
Evangelio según San Lucas 17,1-6.
Después dijo a sus discípulos: "Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: 'Me arrepiento', perdónalo". Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". El respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', ella les obedecería.
COMENTARIO
¡Cuántas cosas dejamos de hacer por FALTA de FE! Decimos: "No, eso no va a funcionar"; "No, nadie va a querer hacer esto"; "No, esto no es posible, si no, alguien lo hubiera hecho ya", y mil y mil escusas para no creer en que es posible hacerlo. "¿Podré perdonar a mi hermano, incluso si siete veces me ofende, pero luego viene arrepentido?" "Necesitaría una FE INMENSA para poder hacerlo"-debieron pensar los discípulos. Por eso quizás le dijeron a Jesús: "auméntanos la fe", para no escandalizar a nadie por nuestra falta de perdón.
Sin embargo, Jesús les dice que NO, basta con que tuvieran una pizca de FE y serían capaces de cosas inimaginables. "Si fueras capáz de mostrarte con esa misericordia, YO TE DIGO -diría Jesús- que el mal que hay en el corazón de esa persona, sería arrancado de raíz, y tu capacidad de perdonar le ofrecería un camino nuevo, no el de la violencia o el resentimiento, no el del "ojo por ojo, y diente por diente", sino el de la otra mejilla, el de decirle: "Yo SÉ que tú eres más que eso, que DIOS te ha formado, que él ha puesto gracias y dones, y bondad en tu corazón. Y porque he recibido ese regalo de SU AMOR, puedo hacer lo que otros no pueden, puedo yo también perdonarte, no sólo siete, sino setenta veces siete"
¡Cuántos no hemos caído desarmados ante la Misericordia de Dios, ante su perdón, ante las pruebas evidentes de su Amor! Si tú lo has experimentado, sabes bien que eso es así. Si aún no has experimentado la Gracia y el Amor de Dios en tu vida, dile simplemente a Él: "Señor, Jesús, tú entregaste tu vida por mí, por Amor, permíteme conocerte, amarte, servirte; por eso te abro las puertas de mi corazón para que puedas entrar en él, te recibi como mi Señor, para poder experimentar tu Gracia por toda la Eternidad. Amén".
No hay comentarios:
Publicar un comentario